MI SER NO MORIRÁ CON MI MUERTE
No sé si esto es una oración, como petición, o una declaración, como afirmación, seguro es lo primero más que lo segundo. Puede ser una mezcla extraña de ambas en la que entiendo nuestra esencia como poco en la tierra, pero por dentro, en lo eternos que todos somos, como inmensos y en la búsqueda de esa inmensidad eternamente.
¡Mi ser no morirá con mi muerte!
Nada de mí, ni mi pensamiento,
ni mi esencia, morirán conmigo,
pues estoy seguro que dos o tres
de mis amigos están impregnados de ellos.
¡Mi ser no morirá con mi muerte!
Mi sonrisa y un par de cosas más
trascenderán en el tiempo.
pasarán a la historia contada
y a la no contada… pasarán en forma de hijo,
de hija, de cuento y de fábula,
en forma de escrito.
¡Mi ser no morirá con mi muerte!
Mi hacer dejará de existir, eso sí
ya no haré, pero seré, tal vez así será más.
Lo que poseo, si es que lo poseo, ya no será mío…
pero lo que soy, de eso estoy seguro,
lo que soy como semilla eterna,
sembrada en el cosmos, no dejará de existir.
¡Mi ser no morirá con mi muerte!
Pues creo precisamente que lo que soy,
realmente lo seré, sólo cuando me vaya,
cuando ya libre camine el universo,
entendiendo más que esa lógica
burda e imprecisa que los hombres
hemos llamado ciencia.
¡Mi ser no morirá con mi muerte!
Estoy diseñado para vivir, ser, existir,
de otras mil formas, de otras mil maneras
Mi ser no morirá con mi muerte... y si así fuere
algo de mí quedará en la memoria elástica, atemporal
y sublime del universo donde vivimos,
tal vez como lluvia, como canto
o como una historia alegremente no contada.
Héctor Carvajal
Abril, 2007
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