¿Qué quieres ser cuando grande?



Yo, cuándo grande quiero ser como ese niño que ya fui.


Sepan y entiendan que ya no soy el mismo... que los años me han dejado unas huellas hermosas, y otras no tanto, en mi corazón, que mi mente entiende un poco más, pero mi alma comprende menos también. Que no estoy de acuerdo conmigo mismo, que me hace falta pensar, pero no como ahora, sino como antes, como cuando era niño y el pensar era sentir también. Como cuando pensar y sentir no eran dos cosas diferentes y hasta la menor de las alegrías bastaba para ser feliz.

Sepan y entiendan que uno no es sino el que se soñó en parte y lo que los demás soñaron de uno, de esa forma uno se convierte siempre en el resultado de una compleja operación cósmica de saberes y quereres universales puestos en un sencillo cuerpo llamado "yo". Bueno al fin y al cabo cada ser humano es el sueño de alguien más, siempre de alguién más que uno.

No soy el mismo, no pretendo serlo, pero si hay cosas que añoro, que no veo, que no entiendo. Me siento tan viejo que al mirarme al espejo veo alguien mucho mayor que yo mismo. Los años no mienten, ni el papel que me identifica, pero mi ser por dentro parece no querer ir al mismo ritmo, parece que lo niño fuera mejor y fundamental. Sepan y entiendan que no soy el mismo, pues me han transformado, me he cambiado de lugar, ya no vivo en el mismo barrio joven y saltarín, pero quisiera, sepan y entiendan que todo ha cambiado a mi alrededor, pero sobre todo en mi interior. No soy el mismo y quisiera serlo.

Tal vez lo único y poco que tengo de siempre es un par de cosas, la sonrisa casi nerviosa de niño que nunca, parece, dejé y las ganas intensas de amar y ser amado, aquellas con las que fui bautizado alguna vez y por las cuales también fue que resulté concebido.


Les digo que no soy el mismo, y esto no es novedad para ustedes, pero para mí sí que lo es, puesto que uno si quiere ser otro, pero otro mejor, por ejemplo ese que fui cuando era niño, ese que por sencillez existencial tiene el paso permitido al cielo y el abrazo seguro del Maestro de maestros.

Quiero cuando grande, ser uno que vaya a la velocidad de la luz y que pueda ser también el mismo de siempre, bien sea para ser, bien sea para hacer, para entender todo como un niño de cinco años.

Por eso cuando grande quiero ser como ese niño que fui.


Héctor Carvajal Rueda, Noviembre de 2011.

Comentarios

Anónimo dijo…
Que alegría ver estos espacios que me sacan de la rutina y me hacen pensar quien soy.

Y aunque no soy tu alumno ya, sigues siendo alguien que enseña.

Mijo un abrazo.

Atentamente

Oscar Arango

Entradas populares